Hay maneras sencillas de disfrutar la vida en pareja y en silencio,
sin una palabra, solo guiados por el tacto, el gusto, los sentidos:
Te sentaste hoy
metiste tus piernas entre las mías
y te dedicaste a respirar mi cuello,
una y otra vez
una y otra vez
mientras cerraba los ojos
me entregué al calor de tu cuerpo
y al roce de tu boca,
cada vez que subías y bajabas
una y otra vez
una y otra vez
una y otra vez
una y otra vez

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